Caminamos
en el barro y en penumbras.
Es culpa
del hombre.
Es culpa
de sus ambiciones.
De su
poca visión.
De su
limitada inteligencia.
De su
odio permanente.
Caminan
como dementes en un precipicio.
Deambulan
como muertos en Helheim...
sin ojos
ni visiones que los lleven a ver el glorioso rostro de los dioses que duermen
en los bosques.
Hay algo
de respiro para Móðir Jörð.
Ahora se
puede escuchar algo de viento, algo de brisa.
Ahora se
puede contemplar el cielo, ese que estuvo triste durante tanto tiempo.
Ya las
calles no sangran tanto como antes.
La
sangre negra devaluada en estos tiempos de enclaustramiento.
Ya no
hay tantos rumores de guerra.
No hay
tantas dagas con alas sobrevolando el espacio aéreo.
El
cronos griego devorado por el cuasi silencio.
Es culpa
de la especie.
Es culpa por querer asemejarse a "ellos".
Es culpa de la permisividad de los naciones.
"Quiero
que canten las aves...
y que
los animales recuperen sus suelo.
Que la ópera
de árboles primen,
para
encausar nuestro vuelo."