«Me
pregunto si alguna vez los protohumanos se han detenido a pensar seriamente en
su vida... en cómo la llevan, en qué hicieron, a cuántas personas dañaron en el
camino, cuántas traiciones cometieron, cuántos juramentos olvidaron, a cuántos
abandonaron, a cuantos dañaron porque quisieron...
El
mundo se come a esta infraespecie, el dinero los esclaviza, el trabajo los
consume, el amor los enloquece, el sexo los quema, la estupidez es su reina, la
ceguera es su rey.
Avanza
el tiempo-no tiempo entre tanto fervor por la inmundicia que es mejor un
reseteo a la protohumanidad en vez de seguir este camino retorcido de amargura
y maldad... la tecnología devora al hombre, internet engulle y luego defeca
monstruos que se esconden en la ‘dark web’ para dar rienda suelta a sus
instintos primarios, esos que activan su ofidia alma y su cerebro reptil
gozando detrás de una pantalla con la muerte, masturbándose con violaciones a
inocentes, mordiéndose los labios mientras seres de las tinieblas asesinan y
torturan a mujeres, hombres e infantes, todo en pos de ganancias manchadas con sangre, para ganar vil dinero
virtual... aprovechando la debilidad y el
hambre de carne de espíritus inmundos disfrazados de humanos, de
energúmenos que se pudren por dentro.
La
protohumanidad no merece nada, ni evoluciones, ni compasiones de aquellos
autollamados dioses, aquellos caídos que engendraron este mundo recipiente,
esta bodega de cerdos, este laboratorio envilecido por el dolor y la muerte
gratuita.
Navegamos
en aguas oscuras y turbulentas, a la deriva, sin faros que nos guíen, sin
costas a la vista, todo es tinieblas... nadie mira hacia arriba, allá están,
lejanas y perdidas las respuestas...
El
mundo es un calvario, todo está perdido, los entes están esclavizados… felices
de arrastrar cadenas de oprobio y ceguera.
Las
sociedades son fantasmas, viejos recuerdos de otras eras, residuos de
civilizaciones caídas en otras épocas.
Estirpe
maldita que sigue al lucero atávico.
Raza
demiúrgica perdida entre las aguas de arriba y las de abajo.
Generación
de cristal que se retuerce y sufre frente a la verdad.
Todo
es un gran sepulcro, ojalá se desvanezca como el polvo cósmico».
«Preferiría sentarme en una estrella muerta y tenerlo
todo para mí, que estar amontonado en un cojín de terciopelo en un mundo lleno
de un linaje grotesco».
(Basado en la frase de
Henry David Thoreau)
Artwork - Crossfading (crossfading.deviantart.com)