Ya estamos en la otra mitad del año, esa que trae
siempre una ambivalencia difícil de manejar, por un lado nos enfrentamos al
clima virtuoso de nuestro país, que tiene esos matices tan propios del carácter
ciudadano... que se mueve con las mareas de un color o de otro, y por otro lado... al
terminar el invierno comienza el amanecer de estas tierras, con sus encantos
verdes y floridos, que a mí no me agradan tanto porque prefiero el frío y los
parajes teñidos de grises y azules variables que me regala la Patagonia.
Hoy, en
Chile, la política se desenvuelve de manera cuestionable, es como si a ellos
les hubiera llegado un invierno violento, con una muerte blanca que deja al
descubierto costumbres de antaño, de esa vieja política que jamás desapareció,
y que ahora es más patente por varias razones... investigaciones periodísticas,
filtraciones, etc. Y la noticia de turno, la de las platas destinadas a
fundaciones... tiene a todo el medio de manipulación masiva como buitres
intentando sacar una tajada de estos cadáveres andantes que metieron mano a
dineros que se iban a usar para ayudar a campamentos, a personas y familias,
pero que, por movimientos siniestros ambiciosos varios millones terminaron en
fundaciones que nadie fiscaliza y que ponen en jaque al gobierno de turno.
Siguen saliendo a la luz antecedentes que nos
muestran que el partido Revolución Democrática y la «sucursal» Democracia Viva
ya estaba hilando dinero para apoyar campañas políticas de su propia coalición
el año pasado… tema apruebo.
¿Qué más será parido en este entuerto digno de
novela policial?
Al mismo tiempo la tipa aludida; Catalina Pérez; en
este torbellino escandaloso sale con una frase para el bronce, parafraseando
dijo algo como:
«Espero
que esto no se transforme en un canibalismo político...»...
¿Hablará de ese «canibalismo» que es la costumbre de
comer carne de seres de la propia especie?
¿O del canibalismo goloso que ella y su pareja
disfrutaban, ustedes saben, la de mover millones para beneficio propio?
Bueno, practicaban ambos canibalismos.
Mientras la OMS (Organización de Mentes Satánicas)
ya está llevando a cabo la implementación (que no sabemos si va a durar mucho)
de una especie de certificado obligatorio de vacunación para que, quienes
quieran trasladarse por el orbe, deban mostrarlo para poder viajar sin
problemas, esto es significativo porque nos demuestra una vez más esas ansias
de controlar, dictaminar y esclavizar a los humanos, todo en pos del
cumplimiento de su agenda 2030. Te quieren vacunado, sumiso, controlado,
obligado... y como es de perogrullo, la gente va a seguir a rajatabla estos
nuevos mandatos de los genocidas... sin chistar y con la cabeza mirando al
suelo.
Francia está envuelta en un caos sin control por la
muerte de un adolescente de 17 años – Nahel M - y que fue abatido por un policía, lo que llevó
a un desorden generalizado que «protestan» por esta cruel, abusiva y
discriminatoria muerte de un joven, y se acusa de racismo a la policía gala,
algo que no es nuevo por esos lares, la discriminación siempre existió, sigue
existiendo y siempre existirá, en todo ámbito de cosas.
Lo que pasa en la tierra de Macron deja dos
preguntas:
¿Este revoltijo caótico se debe a la muerte de ese
joven?
O, ¿La gente aprovechó esta protesta antisocial para
decirle algo a Macron?
Hay que ser sinceros, lo que está ocurriendo en
Francia es solo pillaje, robos, etc. Y muchos de ellos son coordinados por
extranjeros que aprovechan cualquier anarco discurso en las RR.SS. para subirse
al carro de las protestas para sacar beneficios propios, cosa que ya vimos en
el estallido antisocial en Chile, durante el gobierno del antipatriota
Sebastián Piñera aka «Piraña».
En Asia sigue el show de la «guerra» fome que rusos
y ucranianos llevan a cabo, una guerrita cuyo único ganador, hasta el momento
es... Volodímir Zelenski, que se está forrando los bolsillos con los dólares de
la divisa americana y de otros países de la débil Europa, todo esto manejado
por los poderosos que siguen tejiendo en las sombras el panorama mundial.
Así
comienza julio... willkommen.