domingo, 18 de agosto de 2019

Humor Trollish de Agosto


El dilema de un milico (militar)

Un milico gringo vuelve a su país (U.S.A.) para conocer a su hijo nacido 3 meses antes,... sorprendido de que su bebé era negro le pregunta a su esposa:

- ¿Cómo mierda puede ser que tengamos un hijo negro si soy blanco y tú también?"

- Lo que pasa, mi amor, es que yo no tenía leche y busqué a alguien que lo amamantara, como la señora era negra, el bebé tomó ese color, ¿Cachai?".

El milico no muy convencido visita a su vieja (madre) y le cuenta la historia... y su vieja le dice:

- Claro que puede ser. Yo tampoco tuve leche para amamantarte y entonces te di leche de vaca y mira que lindos cuernos te están saliendo ¡¡¡saco de wéas!!!

Una exquisita modelo rubia

Una modelo rubia - entera rica - llama a su novio y le dice muy nerviosa:

– Hola mi vida, me siento muy triste y desanimada porque encontré un rompecabezas y no lo puedo armar!!! Ninguna pieza encaja bien, es imposible! ¡¡¡No sé por dónde empezar y necesito que me ayudís!!!
Entonces el pololo intentando ayudarla le dice:

– Bueno mi amor,... pero debes tener la caja con un dibujo, ¿no?

– Síii, tiene un dibujo de un tigre saltando y sonriendo, pero es muy complicada la weá, las piezas son muy parecidas y no lo puedo armar… ¿me ayudai?

– Bueno, tranquila guagua, si es tan importante pa' ti, ahora voy para tu casa, te ayudo y entre los dos lo armamos ¿cachai mi amor?

Cuando llega a la casa de la polola mira la caja,...
... la mira a ella,
... mira las piezas,
... la vuelve a mirar y le dice:

– Mira mi amor, vamos a hacer una weá bacán, ¿Okey?, metemos las zucaritas en su caja y no le decimos ni una weá a nadie, ¿Qué te parece?

Una mujer lista y un weveta un poco lento

Un granjero lleva su camioneta al pueblo y el mecánico dice que tiene que dejarla hasta el día siguiente, así que decide regresar caminando a su granja, que no queda lejos.
En el camino pasa por la ferretería y compra un cubo y un tarro de pintura.
Allí, un colega le entrega dos gallinas y un ganso que le debía.
Ahora nuestro granjero tiene un problema: cómo llevar todo a casa caminando.
Mientras piensa cómo hacer, se le acerca caminando una señora madura y le pregunta cómo llegar a la granja de los González; el granjero le dice que va en esa misma dirección, y que si no tuviera que llevar esa carga la acompañaría.

La señora dice:

- ¿Por qué no pones la lata de pintura en el cubo?
Lo llevas en una mano; te pones una gallina debajo de cada brazo y llevas el ganso en la otra mano…

El granjero sorprendido agradece y comienza a acompañar a la señora. En un momento le dice:

- Conozco un atajo, que nos saca del camino principal, pero nos ahorramos un kilómetro.

La dama lo mira con desconfianza y responde:

- Soy una viuda solitaria sin un hombre que me defienda. ¿Cómo sé que no me vas a llevar por el medio del campo, me vas a poner contra un árbol y vas a abusar de mí?

- ¡Pero señora! Aun cuando quisiera, ¿cómo hago? Llevo un cubo, una lata de pintura, dos gallinas y un ganso. ¿Cómo hago para apretarla contra un árbol y abusar de usted?

– Pues, pones el ganso en el suelo, lo cubres con el cubo, colocas la pintura encima del cubo y …. yo te sujeto las gallinas.

La carta

Juan, un joven soldado en la guerra, recibe una carta de su hermano que dice que su querido gato había muerto atropellado por un camión.
El soldado se quedó muy triste y le contestó a su hermano:

– Querido hermano.
Gracias por informarme la noticia, pero al ser una noticia tan triste, y yo tan solo acá en la guerra, por lo menos debiste prepararme un poco para recibir la mala novedad enviándome una carta que dijera:

“El gato se subió al árbol y no puedo bajarlo.”

Después me enviabas otra carta diciendo: 
“El gato se bajó del árbol y cruzó la avenida. “

Y por último, otra carta que dijera:
“El gato volvió a cruzar la avenida y un camión lo atropelló.” ¿Cachai?

De esta manera hubiera estado más preparado para tan mala noticia y sufría un poco menos.

Al mes siguiente, Juan recibe otra carta de su hermano que dice:
“Weón, tu mina se subió a un árbol y no puedo bajarla…”



Fuente:
salud y humor