Como soy bacán y para que celebren bien su día… les dejo unas
historias de amor para que las disfruten…
¡MUUUUUUAJAJAJAJA! ¡SORRY!
Estos cuentos hay que disfrutarlos bebiendo una birra,
tabaqueando o comiendo un buen pedazo de meat.
¡FELIZ DÍA DEL AMOR!
¡MUAAAAAAJAJAJAJA!
¡OTRA VEZ SE ME ESCAPÓ EL UNCORNIO AL MONTE!
¡SORRY!
LA DAMA DE SAN VALENTIN
Se había organizado una fiesta de
San Valentín en una casa en construcción montaña arriba, Claudia no asistiría
porque sus padres le negaron el permiso, se quedó en casa esperando la visita
de su novio, pero en lugar de eso, recibió la llamada de una de sus amigas,
avisándole que su novio se encontraba en la fiesta con otra chica. Claudia de
inmediato se las ideó para salir, y como no acostumbraba mentir, sus padres no
dudaron en dejarla marcharse.
Tomó un taxi hasta la fiesta, y
no tardó mucho en encontrar a su novio, efectivamente con otra mujer, en un par
de minutos su novio convenció de que subiera con él al coche, discutían
mientras él conducía, y en una curva, chocó con otro auto. Claudia salió
disparada por el parabrisas, estrellándose contra en pavimento pues no llevaba
el cinturón puesto.
Los conductores de los dos autos
bajaron de inmediato, se acercaron a la chica y esta no respiraba, sabiendo que
los dos habían bebido, temían ser culpados de homicidio imprudencial y arrojaron
el cuerpo en un desnivel, cayó boca abajo, pero ella seguía viva y no podía
moverse, pasó así tres días y murió desangrada, los trabajadores que se
dirigían a terminar la casa la encontraron muerta, su vestido crema era ya
rojo, de tanta sangre.
Nadie fue culpado por el hecho,
pues no se encontraron pruebas, y el novio permaneció en silencio, pero años
más tarde, el cómplice confesó al saber que habían encontrado jóvenes con sus
mismas características muertos en aquella zanja donde tiraron a la chica, entró
en histeria total, diciendo que la ella había vuelto por su venganza.
Y es por eso, que cada día se San
Valentín, Claudia se aparece en la carretera, pidiendo aventón, esperando que
alguno de los chicos que ataca, sea uno de los culpables de haberla abandonado
aquella noche, se dice que los encanta con su sexy vestido rojo, los convence
de quitarse el cinturón para besarla, en el momento que la tocan sus manos se
llenan de sangre y pierden el control del volante en la curva, donde igual que ella
se estrella en el pavimento al salir despedidos por el parabrisas.
LA MUJER SIN CORAZÓN
En un pueblo de España, cuyo
nombre se ha decidido olvidar, sucedió un evento terrible, capaz de asustar a
más de uno.
Existía un feliz matrimonio, que
se amaba como ningún otro, de aquella unión, nació una niña, que conforme
crecía, desarrollaba un amor enfermizo hacia su padre y un odio desmedido por
su propia madre. Constantemente le decía a su padre que quería casarse con él,
y que deseaba la muerte de su madre para poder ser felices para siempre. La reacción
del hombre era de enojo por supuesto, no quería pensar en una situación
similar. Pero aquello no tardó mucho en cumplirse.
Durante el funeral, el pobre
hombre se hacía pedazos del dolor, mientras la niña trataba a toda costa de
esconder una sonrisa diabólica, que a duras penas contenía, pues sus sueños
estaban convirtiéndose en realidad, parecía haber hecho un pacto con el señor
de las tinieblas, ¿Cómo es posible tanta maldad en una niña tan pequeña?
Al pasar de los días, el hombre
se sumía en una profunda depresión, pero no podía evitar notar que su pequeña
mostraba total entereza ante el hecho, animándolo en todo momento.
Sin saber que en realidad el buen
ánimo de su hija se debía a saber que su madre ya no estaba.
El día de San Valentín salió con
unas amigas, y su padre le encargó un corazón de cerdo para la cena. Pero
cuando terminó de jugar la carnicería estaba cerrada, así que tuvo la macabra
idea de profanar la tumba de su madre y arrancarle el corazón… así tampoco dudo
en comerlo durante la cena junto a su padre.
Cuando se encontraba en su cama,
la niña empezó a escuchar un susurro, una tenue y familiar voz, parecía ir
adentrándose en la casa, hasta en punto en que la niña alcanzó a escuchar:
-Hija, ¡devuélveme el corazón que me has robado! - junto a esta frase las
escaleras crujían, unos pasos se aproximaban a la entrada… la perilla giraba
lentamente, hasta que la puerta se abrió, el espectro de la madre entró en la
habitación, extendiendo su dedo acusador hasta el corazón de la pequeña, que
junto a un último suspiro de horror, dejó de latir… murió de puro pavor.
Desde entonces se ha visto vagar
al espíritu de “La Mujer sin Corazón”, algunos dicen que, atacando niñas para
saciar su sed de venganza, otros dicen que simplemente llora por el amor
perdido…y así seguirá por toda una eternidad.
EL HORNO
Era el día de San Valentine y
Marisol estaba muy emocionada, pues su marido le había prometido un nuevo
horno, ya que el anterior se había estropeado. Fueron a la casa de
electrodomésticos y preguntaron los precios, y pese a que el vendedor trató de
tentarlos con una “imperdible oferta” y un método de pago basado en “cómodas y
sorprendentes cuotas fijas”, los esposos se dieron cuenta de que nunca podrían
pagar aquel “nuevo y fabuloso horno”. “Tendremos que comprar uno usado”, se
dijeron entre sí. Así que fueron a una casa de empeños y se hicieron de un
viejo horno marca Orbis, que poseía cuatro hornallas y un botón de encendido
eléctrico. Luis lo llevó en la parte trasera de la chata y luego hizo la
instalación esa misma tarde. Y ahí fue que comenzaron los problemas.
Primero fue “Church”, el gato.
Marisol se levantó a las dos de la madrugada a tomar un vaso de agua y escuchó
unos maullidos provenientes de la cocina. Fue a ver y allí, metido en el horno
y maullando de desesperación y terror, estaba el gato. La mujer abrió la puerta
del horno y el gato salió disparado rumbo a los interiores de la casa.
Días después Marisol vio otra
cosa todavía más inquietante. Era de noche y se encontraba sola porque Luis
había salido a beber con unos amigos. La mujer estaba entretenida horneando
unas cupcakes, cuando de repente escuchó un ruido que provenía desde el
interior del horno. Pensó que eran las cupcakes que habían reventado, y se
inclinó parar mirar a través del vidrio. No eran las cupcakes: había una mano
allí, ennegrecida por el fuego. Marisol dio un alarido y cerró la llave del gas
y luego llamó por celular a su marido, pero éste no le contestó.
¿Qué diablos había sido eso? Comenzaba
a sospechar que aquel horno estaba embrujado o algo así. Sabía que podían
ocurrir esas cosas. Los objetos a veces quedan impregnados por la maldad de su
antiguo dueño. Quizás el anterior propietario había sido un psicópata que
cocinaba a sus víctimas en el horno, aunque la idea le pareció descabellada.
Volvió a llamar a su marido y tampoco obtuvo respuesta. Marisol mientras tanto
se había encerrado en el dormitorio, porque tenía miedo de volver a la cocina.
En algún momento de aquella larga noche se durmió, y se despertó por los
maullidos insistentes del gato. Había olor a gas, y cuando la mujer corrió
hacia la cocina, se encontró con su esposo, que había metido la cabeza
en el horno y le había dejado una
nota de suicido sobre la mesa.
Nunca más se supo de Marisol.
Enloquecida por el dolor se alejó de la casa y se perdió en la noche. La casa
quedó en venta, con todos los muebles dentro. Un año después, un agente
inmobiliario se encontraba mostrándole la casa a una joven pareja, cuando
sintieron un hedor proveniente del horno. Abrieron la puerta y allí estaba el
pobre Church, ennegrecido y cocinado hasta la muerte.
Fuente:
taringa.net