El viaje más agotador es aquel
que busca la verdad, o las verdades,…
… porque estas permanecen
enjauladas en capas de mentiras y manipulaciones.
Tal vez, lo mejor, sea aceptar
nuestra naturaleza, esa que se enlaza entre cristales fríos y soledad. Esa
naturaleza es la que me gusta, no aquella que despide vapores humanos llenos de
falsedades.
Estamos presos, de alguna
manera, entre dioses de mentira, creadores estelares, monstruos reptilianos, y
pleyadianos que sucumbieron a los vahos de las entrepiernas de las mujeres
terrestres, a los senos apetitosos de la lujuria.
Zigzagueamos entre pantanos
religiosos, políticas extraterrestres, y los temores del hombre,… la especie
más repugnante de todas aquellas creadas en los laboratorios universales.
Y no hablo ni disparo mi
artillería en contra de los animalitos,… no... Ellos son sabios,… reales… y actúan como son,
sin caretas, sin misericordia, sin arrodillarse ante dioses siniestros que
hacen y deshacen nuestro destino.
¿Por qué no dejaron que esta
Tierra desapareciera y fuera polvo cósmico?
¿Intereses privados cósmicos,
ambiciones estelares?
Es un conjunto de todo.
Y hoy, como siempre, seguimos
esperando que alguien se apiade de este nefasto planeta, de su futuro, de su
propio presente catastrófico… alguien debe limpiar tanta mierda que los “sapiens-sapiens”
dejan,… han dejado, y dejarán sobre esta cáscara frágil que se sacude entre
terremotos y caos.
Ahora, los estúpidos, aguardan
el contacto de los invasores, porque solo “ellos” pueden guiar a esta raza
débil al nuevo amanecer.
Los más imbéciles esperan la
caída de un meteoro o cometa sobre la Tierra para que de alguna forma se
concrete lo que algunos “iluminados” o “elegidos” han vaticinado, como si el
hecho de que se concrete reafirme lo que cada cual cree y sigue en sus vidas.
“La diferencia del asunto es que un cometa
simplemente sucede, no es como si fuera una opción activa para orquestar una
zambullida ardiente en la tierra.
Es parte de la recurrencia universal sin fin.
Los humanos también somos solo un fragmento
temporal de la naturaleza y la existencia, quizás el único ser autoconsciente
en todo el cosmos, pero como todas las formas de vida, estamos programados
instintivamente para permanecer vivos.” (Pensamiento del vocalista de una banda que sigo y que no quiero compartir)
LA VERDAD EN UN SEPULCRO
¿Existe la verdad? ¿La verdad
absoluta?
No, no existe.
Vive, pero muy
lejos, tan distante que solo después de la muerte lograremos ver algo, muy
difuso, una cosa que llamamos verdad.
Pero aquí, en la materia, la verdad le
pertenece a los lejanos, a los vigilantes, a los que nos odian, a los grupos de
poder (aunque ellos solo saben algunas
cosas, no toda la verdad, son demasiados idiotas y manipulables como para
discernir un agujero negro del agujero de su ****)
La verdad permanece muerta.
La verdad no existe en este
círculo de vida, en esta existencia vacilante…
Los días son torturas… no
porque la vida valga algo, sino, porque, la vida humana debe desaparecer…
hijos, padres… todo.
La vacuidad… es el todo.
Muerte a los dioses.
Humanos de mierda.
¿Los conceptos e ideas…
desaparecen… en la vacuidad del caos, del olvido, o del odio a los dioses?
¿Existe algo…?
Si existe… ¿sirve para algo?
Todo lo que creemos conocer…
¿Sirve para alguna mierda?
Estos pensamientos… ¿Son un
aporte positivo a la “evolución”?
Letras entrópicas. Nada nuevo.
… es un ciclo eterno de
búsquedas…
¡Victoria o Walhalla!