domingo, 9 de diciembre de 2018

Un grito ancestral, un escupitajo





Cada vez que me despierto… “entiendo” menos este… desagradable, pútrido y corrupto mundo.

Y no es que quiera entenderlo… no necesito comprenderlo, no me interesa nada de este asqueroso mundo social.

Todo es un asco.

Sus costumbres, sus ideas, sus modas, su… todo.

No soy de este mundo.

Sé que nací lejos.

Sé que… no sé nada.

Sé que “entiendo todo”,… … …  y debo callar.

Odio a los humanos.

Detesto sus costumbres bajas. Su música básica, su sexo obvio, su mirada, su… “TODO”.

Lo odio.

Cada día es una pesadilla.

Cada día es… vivir en un mundo que no es mío.

Veo y no entiendo tanta bajeza.

No comprendo tanta debilidad.

Este mundo, a final de cuentas, es de los más fuertes.

¿Cuál es la diferencia de ellos con los animales depredadores que están en ambientes “desolados”?

Los bosques nos recuerdan nuestra naturaleza.

Sin leyes el humano no es más que… ¿un puma, un león, un lobo?

Las leyes nos “sostienen”, con suerte.

Nos controlan.

Sin leyes, la naturaleza primigenia reptiliana se apoderaría de la mente del hombre. Y ojo, no es nada nuevo, no es una estúpida teoría, es la realidad.

En catástrofes, los humanos se dedican a deshumanizar su propia naturaleza “humana”. Saquean, destruyen, matan, y actúan como bestias. Y la mayoría de  las veces se dedican a robar cosas que necesitan, pero… para… cuando las aguas se aquieten. 
No es necesidad… es avaricia.

Human sapiens. Un chiste.

Me desperté… misántropo. Nada nuevo.
… … …

Es… … … otro escupitajo.

… … … necesito otro “escape”… … … otro kamp… sin humanos.

… … … a veces… … … quiero estar con los antiguos de lovecraft. 
Los que nacieron en tinieblas… los que eran desechos… … …

… … … me “aterran” los hombres de hoy.