La Reina Nevadonia
Las “nevazones
magallánicas” se hacen presente estos días.
Ya el frío
se huele, lo puedes sentir en tu memoria, en tu alma… en cada poro que respira
el suave y gélido perfume de la Reina Nevadonia que cabalga sobre los austros
cielos de mi tierra.
Los primeros
copos cayeron como aguamiel sobre este suelo cada vez más lúgubre, contaminado
con los extranjeros y gente mala del norte.
Espero con
ansias que estas primeras visiones glaciales traigan buenas noticias entre
tanto mal, entre tanta enfermedad y decepción.
Mi Reina
viene, se escuchan los cascos de sus corceles blancos… suenan lejos aún…
… Oh, mi Reina,
sacude los montes de cementos, con tu furia sopla las cabezas de los hombres,
para que recuerden que esta tierra es tuya, mi Reina, mi Diosa helada…
… estas
letras son para ti…
… te quiero
desnuda sobre el coirón… para ver tus pechos fríos, para contemplar tus caderas
perfectas llamando al sexo austro… para observar tus ojos grises… seductores, plenos
de llamas níveas que nos consumen a los vikingos, paganos…
... para arrodillarnos frente a tu corona.
... para oler... solo una vez... tus feromonas transparentes, invisibles...
... Oh, diosa mía, destruye a los hombres-gárgolas...
Este artículo mínimo, es solo para ti.